Un almodovense en Broadway – Pepe Vallhonrat, año 1920

Almodóvar del Campo ha sido desde antiguo “cuna de ilustres varones”, todos tenemos en mente a nuestros Santos, San Juan de Avila y San Juan Bautista de la Concepción, a pintores como Alfredo Palmero o Miguel Prieto Anguita, a médicos como Eugenio Cimadevilla o Francisco Bada o ilustres ingenieros como Valentín Vallhonrat. Me dejo en el tintero muchos nombres pero el fin de esta entrada no es glosar la larga lista de ilustres nacidos aquí. Almodóvar también ha sido patria de otros muchos personajes que si bien no han dejado una huella palpable en la historia local por sus grandes obras, sí que han ido dejando en el mundo la impronta de nuestra tierra. Esta entrada la vamos a dedicar a uno de ellos, Pepe Vallhonrat, vecino nuestro de principios de siglo XX, el cual tiene una historia que merece ser recordada.

Por su nombre y apellido, Pepe, tuvo que ser el hijo de José Vallhonrat Costa, empresario que tenía en Almodóvar, junto a su hermano Pablo, diversas tiendas de ultramarinos, tahonas y fábrica de jabones a principios del siglo XX. Así pues tuvo que ser primo hermano de Valentín Vallhonrat y Gómez, importante ingeniero de la primera mitad del siglo XX, al que dedicaremos más adelante alguna entrada. En todo caso los caminos de los primos fueron por sendas bastante diferentes.


Periódico El Defensor 1928 - artículo sobre Pepe Vallhonrat.

A través de los datos que tenemos de un artículo que hemos rescatado del periódico el defensor de 1928, deducimos que Pepe abandonó el pueblo hacia Madrid “con un atillo de sus ropas” allá por el final de primera década del siglo XX. Opositó sin mucho éxito al Tribunal de Cuentas y un buen día cansado de libros y estudios, en lo que parece un acto de rebeldía, se marchó a París. Allí comenzó una vida diferente, trabajó de camarero y comenzó a bailar tangos argentinos. Tal era su afición por éstos que empezó a practicar y logró ganar varios concursos, de esta forma comenzó a vivir de ello. Bailó en el Moulin Rouge, la Cigalé, Folies Bergers y el Olimpia.

Regresó a Almodóvar para la feria en el año 1914, quizás la última estancia que hizo en el pueblo, y actuó varias noches en el teatro con su pareja de baile Laurette. Posteriormente viajó por Europa bailando en Rusia para el Zar, actuó también en Berlín, París y en Londres para el príncipe de Gales en el Automóvil Club. Aquí se le pierde la pista.

Ante la falta de noticias, su familia a través del Ayuntamiento se puso en contacto con diferentes consulados para buscar el paradero de Pepe. La búsqueda dio sus frutos y Pepe escribió una carta en 1928. Sin más preámbulos transcribimos la maravillosa carta que recibió Robustiano Trujillo, secretario del ayuntamiento en esas fechas en el ayuntamiento:

 “The Buckingham-101 West 57th Street New York, 28 octubre 27. 

Querido Robustiano. Recibí una comunicación del consulado de España notificándome que el Alcalde de Almodóvar del Campo pedía informes de mi paradero; al presentarme para dar mi dirección vi con sumo placer, que el comunicado lo firmaba Trujillo; no podía ser otro más que tú y hoy gustoso cojo la pluma para darte algunas noticias de mi vida desde que dejé de hacerlo en el simpático periódico de esa. 


Me da vergüenza pensar que hace años no he escrito a mis hermanas (suponiendo y Dios quiera que así sea que aún vivan). En este país, querido paisano, la vida pasa demasiado agitadísima y violenta y llega el momento que, al seguir la corriente, olvidas que aún te quedan parientes o amigos de tu pasada vida. 


Ahora a contarte algo de mí. Hace ya cerca de ocho años que dejé la vida del teatro; no porque me fuera mal financieramente, sino porque se iba haciendo monótono o porque al avanzar los años, la profesión comenzaba a hacerse odiosa para mí. En aquel tiempo conocí a una mujer americana (con quien sigo) y empecé a olvidarme de mi pareja que ya conociste. Un día nos separamos y después supe que a los pocos meses Laurette se casó en New York con un compatriota de ella (que por juegos del azar tiene mi actual profesión). 


Con unos cuantos miles de dolarillos que por milagro ahorré y debido a los muchos conocimientos y amistades que tengo en ésta, me dediqué al negocio de brillantes y piedras preciosas y como en el baile acerté, quiero decir, que me va bien desde el principio, y que hoy puedo decir con satisfacción que soy uno de los más conocidos expertos en New York. 


Naturalmente que después de haber vivido tantos años una vida de ocio y placer, me es sumamente difícil hacer una vida de hogar y sigo divirtiéndome en cabarets y juergas y según entra así sale. No veo manera de ahorrar dinero. Si no un promedio de dos a tres dólares mensuales y entre manga y capirotes desaparecen. 

Anuncio de la obra "The Girl From Home" en The New York Clipper. Pepe Vallhonrat aparece como el Señor Hoakumo. 12 de mayo de 1920.


He viajado extensamente. El invierno pasado estuve en Australia, Japón y las islas Haroca enviado por una casa de ésta a comprar perlas y zafiros. He estado también en Calcuta y Shangai, China, un mes todos los años en la Habana, Cuba, que entre paréntesis, debido a la prohibición de este país, es el Monte Carlo del nuevo Mundo. Una ciudad maravillosa. 

Espero que me escribas dándome noticias de esa, y haz este presente a mi familia si queda alguno. Te quiere tu buen amigo Pepe.“


Podemos verificar que en mayo de 1920 Pepe estuvo actuando en Broadway en una obra que se llamaba “The Girl from Home”. El actor principal era Frank Craven y Pepe (José) Vallhonrat actuaba como el Señor Hoakumo. La obra se anunció en varios periódicos como el The New York Clipper o New York Dramatic Mirror. También hemos comprobado que el Hotel Buckingham, dirección de la carta, existió en la dirección indicada.

Anuncio de la Obra "The Girl From Home" en el periódico New York Dramatic Mirror. 8 de mayo de 1920.

Ampliación del anuncio donde se puede ver claramente el nombre de José Vallhonrat

Un indudable espíritu emprendedor y aventurero el de Pepe como queda patente en su azarosa vida, de opositor sin suerte, a camarero, bailarín de tangos, actor y comerciante de piedras preciosas. Por sus comentarios parecía muy agradecido a la vida y a los placeres que le ofreció. Un carácter alegre y jovial se desprende de la lectura de la carta que escribió a su amigo Robustiano Trujillo. No sabemos si Pepe volvió por Almodóvar del Campo alguna vez, pero no tenemos duda que llevó el carácter de esta tierra por donde estuvo. Donde quieras que descanses, un abrazo Pepe.

Edificio donde se ubicaba The Buckingham Hotel, 101 West 57th Street, New York, dirección de la carta escrita por Pepe.

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