El V.P. Martín Gutiérrez, Jesuita y mártir nacido en Almodóvar del Campo.

Martín Gutiérrez es recordado en Almodóvar del Campo con el nombre de una calle. También existe un cuadro pintado por el Maestro Palmero en el Salón de plenos del Ayuntamiento, donde figura como uno de los personajes ilustres nacido en Almodóvar. Suponemos que Alfredo Palmero idealizó su figura ya que no hemos encontrado cuadros originales de la época en la que vivió. Martín Gutiérrez tiene el titulo de venerable Padre (V.P.), primer paso en el proceso de beatificación y que nos indica que tuvo una vida conforme al evangelio, habiendo declarado el Papa sus "virtudes heroicas". Nos ha parecido interesante ahondar un poco en la vida de este personaje y reivindicar desde estas líneas su ejemplo y legado; perteneció a ese grupo inicial de emprendedores que viviendo la fe de forma especial convirtieron a la Compañía de Jesús en un referente en la enseñanza y vivencia de la espiritualidad. Quién sabe, quizás el V.P. Martín Gutiérrez pudiera convertirse en el tercer beato del pueblo, méritos no le faltan.




El V.P. Martín Gutiérrez en el cuadro pintado por el Maestro Palmero.

Durante el siglo XVI, Almodóvar del Campo fue cuna de numerosos personajes ilustres relacionados con el clero de la época, todos tenemos en mente a los santos, San Juan de Ávila y San Juan Bautista de la Concepción; pero también hubo otros como por ejemplo el obispo Juan Fernández Rosillo, al que ya dedicamos dos entradas, el V.P. Antonio Francisco Criptana, el V.P. Lucas de Almodóvar, Fray Alonso Lobo (según algunos autores nació en Almodóvar), o el propio V.P. Martín Gutiérrez. Mucho en este singular número de vocaciones es posible que tuviera que ver con la llegada de los Jesuitas (Compañía de Jesús) a Almodóvar, sobre 1540, al poco de su fundación por San Ignacio de Loyola. Esta llegada estuvo posiblemente alentada por San Juan de Ávila, que si bien no fue Jesuita, estuvo muy próximo a su pensamiento. A modo de ejemplo podemos citar el encuentro de San Juan de Ávila con Francisco de Borja (el personaje recreado en la serie de TV Carlos I), en la Alhambra, tras la muerte de la Reina Isabel de Portugal y que parece que tuvo su importancia en la entrada de éste en una vida más espiritual, y en su incorporación posterior a la Compañía de Jesús.

Los jesuitas fundaron una escuela en lo que hoy es la calle del Santo (antigua calle de Diego), a la que pronto fueron los muchachos del pueblo. La escuela estuvo en funcionamiento durante pocos años, hasta la llegada de los Carmelitas en 1575, los cuales y hasta que construyeron su convento estuvieron ubicados en la misma casa que habían ocupado los jesuitas. Posiblemente algunos de los  citados personajes del siglo XVI compartieran pupitre en la citada escuela.



Extracto de "Obras del venerable Maestro Juan de Ávila".

Martín Gutiérrez, nació en Almodóvar del Campo en 1524, y por la fecha de su nacimiento podemos pensar que pudo tener su primer contacto con los jesuitas en Almodóvar, aunque esto solo es una hipótesis. Después de estudiar sus primeras letras en Almodóvar, se trasladó a la Universidad de Alcalá para estudiar filosofía. Posteriormente pasó a la disciplina de medicina, siendo colegial médico y haciendo todos los actos correspondientes hasta conseguir pasar el examen de la Alfonsina, para graduarse como doctor. La Alfonsina Complutense fue el examen más duro de cuantos se realizaban en las universidades españolas en su época y solamente los mejores estudiantes pasaban este examen; que en sus tiempos era comparable a la Sorbónica de París. Así pues, aprobarlo era un motivo de gran orgullo y muestra de una gran erudición.

Por entonces era rector del colegio de Alcalá el padre Francisco Villanueva, acudiendo hasta él Martín Gutiérrez atraído por su prestigio como maestro espiritual. Su profesión de médico la comenzó a ejercer en un pequeño pueblo del arzobispado de Toledo, San Martín de la Vega. Sin embargo, los efectos de los Ejercicios espirituales le hicieron volver a Alcalá a buscar al padre Francisco Villanueva, siendo recibido en la Compañía de Jesús en 1550, cuando contaba 26 años.

Extracto de Los Confesores de Santa Teresa. La basílica Teresiana. Tomo IV, Epoca V, año 51. 15 de diciembre de 1901.

Al principio, Villanueva le dio el oficio de comprador, así pues Martín Gutiérrez, mostrando una gran humildad salía, a vista de la Universidad donde había contemplado sus estudios, con una sotana raída a adquirir lo que para la casa jesuítica fuese necesario. Tras una grave enfermedad, en 1551, fue enviado a estudiar a Salamanca teología con el maestro fray Pedro de Sotomayor. Concluidos sus estudios y una vez ordenado sacerdote, pasó a ocupar cargos directivos estratégicos como rector de los colegios de Plasencia donde llegó en 1558, Salamanca, donde llegó en 1565 y por último Valladolid donde llegó en 1572. La predicación y la dirección tanto espiritual como gerencial de los colegios ocuparon su carrera en la orden. Asimismo desde sus rectorados fomentó la devoción a la Santísima Virgen, en particular, en defensa de su Inmaculada Concepción.

En el otoño de 1569 siendo rector en Salamanca escribe a Santa Teresa de Jesús invitándola a llevar a cabo una fundación en la ciudad del Tormes. Al principio parece que a la Madre Teresa no la desagradaba la idea de fundar en Salamanca, ciudad universitaria, de letras y de letrados, pero no la convenció la propuesta que le hizo Martín, porque Salamanca, por aquel entonces, Salamanca era "ciudad de poca limosna", y las limosnas eran necesarias para la subsistencia de una comunidad de monjas fundada en pobreza. En todo caso finalmente Santa Teresa accedió y fundo la casa. Martín  Gutiérrez fue confesor de Santa Teresa, la cual nos dejó escrito sobre él: "hombre de gran santidad, de excelente juicio, de muchas letras y de muy buen púlpito".


Extracto de La Ciencia cristiana, 1878, página 405.

También durante su estancia en Salamanca fue la persona decisiva en el logro de que el colegio de los Jesuitas fuera incluido, en 1570, dentro de la Universidad. Acompaño a San Francisco de Borja en diversos viajes, cuando este era el General de la Orden, y mantuvo una fluida correspondencia con él.

Gaspar Astete, famoso teólogo jesuita y autor del Catecismo de la Doctrina Cristiana, refiriéndose al Padre Martín Gutiérrez nos escribe “Conocí al Padre Martín Gutiérrez en el año de 1553 al oír Teología en Salamanca, y juntamente presidía los domingos las conclusiones de los nuestros con tanta satisfacción y magisterio, que ponía en admiración a toda la Universidad, y más a los maestros Francisco Sancho y fray Pedro de Sotomayor, que entonces era catedrático de vísperas y después fue de prima de Teología”.

Martín Gutiérrez, tenía una personalidad profunda y espiritual y su capacidad de persuasión era extraordinaria. Su discípulo más conocido fue Francisco Suárez conocido como Doctor Eximius, y que fue un importante teólogo, filósofo y jurista Jesuíta. Según el Padre Luis de la Puente, el atractivo ejercido por su persona hacía que acudiesen a sus sermones “muchos doctores y colegiales de todos los colegios, y algunos iban a oírle en forma de colegio”. Martín Gutiérrez fue igualmente un gran catequista y a sus “doctrinas” acudían no solamente las clases populares más sencillas, sino muchos estudiantes de la Universidad. Así pues se convirtió en uno de los más famosos predicadores de Salamanca. Allí le empezaron a acometer fuertes cefaleas o dolores de cabeza, acaso migrañas, por lo que a veces sus sermones se los tenía que componer su amigo, el también jesuita padre Gil de la Mata. También es destacada su figura, hospitalaria y generosa por atender a las moriscas que recalaron en Salamanca y que se encontraban gravemente enfermas, después de que los moriscos granadinos fuesen dispersados tras la revuelta de las Alpujarras de 1569.


Virgen del Amparo pintada por Miguel Cabrera. Martín Gutiérrez es representado en la esquina inferior izquierda.

La devoción de Martín Gutiérrez por la Virgen le llevo a tener una visión de la misma, descrita por el padre Juan Eusebio Nieremberg “Se le apareció un vez la Santísima Virgen resplandeciente como el sol, llena de gloria y claridad, con un manto muy grande y extendido, debajo del cual tenía y amparaba a todos los de la compañía”. Esta imagen ha sido la base para la representación de la virgen protegiendo bajo su manto a los santos Jesuítas. A modo de ejemplo mostramos una imagen del cuadro Virgen del Amparo (Protectora de la Compañía de Jesús) pintado por Miguel Cabrera y que se encuentra en el templo de Santa Ana de Maracaibo (Venezuela). En el cuadro se representa a la Virgen y bajo ella los Santos Jesuítas. En la esquina inferior izquierda se puede ver a Martín Gutiérrez, representado por el Autor, para recordar el origen de la visión origen del cuadro.


Extracto de "La Heroyca vida, virtudes y milagros del grande S. Francisco de Borja". Álvaro Cienfuegos. 1717.

A la muerte de Francisco de Borja, en 1572 fue elegido, junto con otros padres profesos, para representar a la Orden en la III Congregación General que iba a tener lugar en Roma y donde se elegiría al sucesor del citado Francisco de Borja. Este hecho nos da idea del respecto que sus compañeros tenían hacia él y de la influyente posición que ostentaba en la Orden. De camino a Roma fue apresado en Cardeihac, en la región del alto Garona, junto a Juan Suárez, antiguo provincial de Castilla y entonces rector de la casa profesa de Burgos, y a Gil González Dávila provincial de Castilla. Encarcelados y torturados, el padre Martín, debilitado por el apresamiento, no pudo resistir y murió en la prisión el día 21 de febrero de 1573. La muerte de Martín Gutiérrez fue profetizada por Santa Teresa, la cual en un momento místico describe la visión del padre Martín Gutiérrez en el Cielo con la aureola de mártir. Juan Eusebio Nieremberg, recogiendo las tradiciones jesuitas, culminaba su texto "Vida del padre Martín Gutiérrez”, con un relato sobre la disposición de su muerte. Este comenta que tras la muerte del padre Gutiérrez, una mujer cuya procedencia se desconocía –"una mujer con hábito de Francesa”– acudió a amortajarle: "todos entendieron –concluye Nieremberg– que esta mujer era nuestra Señora o persona enviada por ella, para remediar el aprieto de sus siervos vivos y la necesidad de su siervo difunto".


Extracto del libro Año Virgineo de Estebán Dolz de Castellar, 1747.

Su cuerpo fue trasladado treinta años después por el padre Diego de Torres, de vuelta en Roma tras ser procurador de la provincia del Perú, entregándoselo al padre Alonso Ferrer, entonces provincial de Castilla de la Orden. A pesar de las peticiones del colegio de Salamanca, el cuerpo fue enterrado en la iglesia de la casa profesa sita en Valladolid en 1603.

A Martín Gutiérrez se le deben la costumbre, hoy universal, de que los centros universitarios abran su curso con la oratio auspicalis, que introdujo en el Colegio de la compañía de Salamanca en 1569. También se le debe, como hemos comentado, la fundación de las Carmelítas descalzas en Salamanca en 1570, su iniciativa y apoyo a Santa Teresa fueron vitales en esa apertura. 


REFERENCIAS:

http://buscandomontsalvatge.blogspot.com.es/2014/07/salamanca-colegio-jesuita-del-espiritu.html

Juan Eusebio Nieremberg, Firmamento religioso de lvzidos astros, en algvnos Claros Varones de la Compañía de Jesvs, cumplense en este tomo y en el antecedente vna centuria entera por… al excelentísimo señor don Gaspar Hurtado de Mendoça Moscoso Ossorio y Córdoua, Marqués de Almaçán, Madrid, por María de Quiñones, 1644, vol. II, p. 67.

Javier Burrieza Sánchez. La expansión de la Compañía de Jesús en España bajo la mirada de Francisco de Borja. Universidad de Valladolid.

Camilo María Abad, Vida del Venerable Padre Martín Gutiérrez.

Juan Eusebio Nieremberg, Varones ilustres (libro III, capítulo séptimo).

Javier Burrieza Sánchez. Los Jesuitas: de las postrimerías a la muerte ejemplar. Hispania Sacra, 124, julio-diciembre 2009, 513-544

Pedro de Guzmán, Historia de la Compañía de Jesús de la Provincia de Castilla la Vieja, Castellana 35-I, f. 462v

Francisco Sacchino. Segunda parte de la Historia de la Compañía

Diccionario histórico de la Compañía de Jesús, tomo II

Luis de La Puente, capítulo 27º de la vida del padre Baltasar Álvarez, Impresa aparte por Francisco Pérez de Castilla

Benigno Hernandez, S.J. El colegio de la Compañía y la Universidad de Salamanca en el siglo XVI. Desde sus orígenes hasta la incorporación a la Universidad. Studia historica, Historia Moderna, 1989.

Obras del venerable Maestro Juan de Ávila. Recopiladas por Thomas Francisco Aoiz. 1759.

Los Confesores de Santa Teresa. La basílica Teresiana. Tomo IV, Epoca V, año 51. 15 de diciembre de 1901

La casa de Santa Teresa en Salamanca. La basílica Teresiana. Tomo I, Epoca III, año 51. 15 de diciembre de 1897

Mónica Domínguez Torres. ¿Una visión frustrada? Un lienzo de Miguel Cabrera y la residencia jesuita en la Maracaibo colonial. Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas vol.29 no. 90 México 2007

http://www.paravosnaci.com/ampliar-noticia/salamanca--fundar-en-una-%93ciudad-de-poca-limosna

Íñigo Arranz Roa. Las Casas Profesas de la Compañía de Jesús: centros de actividad apostólica y social. La Casa Profesa de Valladolid y Colegio de San Ignacio (1545-1767). Universidad Pontificia Comillas. Madrid

Eduardo Agostini. Historia de Almodóvar del Campo

Hervás y Buendía, Inocente. Diccionario histórico geográfico, biográfico y bibliográfico de la provincia de Ciudad Real. Ciudad Real, 1914

https://es.wikipedia.org/wiki/Francisco_Su%C3%A1rez

https://es.wikipedia.org/wiki/Mart%C3%ADn_Guti%C3%A9rrez

http://amigosdelahistoria.almodovardelcampo.org/personajes-de-almodovar-del-campo/77-venerable-martin-gutierrez.html

Estebán Dolz de Castellar. Año Virgineo. 1747


Raúl de Scorraille y Pablo Hernández (trads.), El padre Francisco Suárez, de la Compañía de Jesús, Barcelona, Subirana, 1917, p. 102

Cfr. Charles O'Neill y Joaquín María Domínguez (eds.), Diccionario histórico de la Compañía de Jesús: biográfico-temático, Roma/Madrid, Institutum Historicum, S.I./Universidad Pontificia Comillas, 2001, vol. 2

Santa Teresa de Jesús. Fundaciones, capítulo XVIII.

La Heroyca vida, virtudes y milagros del grande S. Francisco de Borja. Álvaro Cienfuegos. 1717

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